las cosas nunca cambian

 Hola.

No sé si se acuerdan de mí. Realmente nunca se ha llegado a leer este blog asique, con suerte, si alguien me lee, os presento a mi yo ocho años más tarde.

No voy a cambiar la estética del blog aunque ya haya madurado porque me parece super bonita y anecdótica del momento que vivía. Viva el barroquismo. Realmente volvería a diseñarlo igual, creo yo. Algo más sombrío, ahora soy más elegante. Es lo que tiene la madurez.

Bueeeeeno. Han cambiado muchas cosas... muchísimas. Parece que todo mi mundo ha ido girando pero yo, de repente, sigo igual. Algo más consciente de las cosas que hago y con más autocrítica pero sigo siendo un niño que lo que le gusta es enamorarse. Y eso he hecho... enamorarme.

El último blog que subí realmente iba directo a mi ex... y ahora ha pasado otro ex de cuatro años y ahora... tengo novio. Osea, lo que os digo. Me gusta enamorarme. JAJAJA Bueno. Al lío. Que hay mucho que contar y no es moco de pavo.

He detectado cual es mi carencia que me ha perseguido toda la vida... y es la autoestima por el bullying que sufrí cuando era joven. Ale, otro maricón con el mismo patrón por culpa de acosadores jaja. Sigo siendo risueño aún así, lo que pasa que en este blog voy de intensita. La cuestión es que con el tiempo, para suplir la falta de autoestima, he querido llamar más la atención, sintiéndome querido por el resto de gente y, lo peor aún, pensando que mi validez la tenía tener un buen físico. ¿Y sabéis cual ha sido el resultado?... que ha funcionado, y me he dado cuenta.

He dejado todo el poder en el deporte y, entre cumplidos y nuevos amigos, me siento más válido, más querido y más solicitado. Ya sea por los chicos que adoran mi cuerpo, por los piropos que me hace la gente o por cómo me veo yo. Pero todo es una falsa ilusión, porque realmente sigo sintiéndome igual de mal e, incluso, cuando adelgazo, entro en una especie de cólera o depresión mientras veo fotos del mes anterior comparándome por cómo me veía antes. Una lucha constante.

Para terminar, siento que mi ego crece y disminuye por días, a veces me siento el mejor de todos y soy super altivo y otras veces soy un despojo humano andante que lo único que quiere es enterrar la cabeza bajo tierra y que con suerte, no le vean el culo para que no le molesten. El síndrome del impostor me está haciendo estragos en mi vida artística, porque no me veo capaz de hacer nada con talento aunque sé que puedo y, siendo objetivo, tengo mucho talento. Y eso ha hecho que a día de hoy no me mueva lo suficiente en el ambiente artístico y todo lo que he estado haciendo hasta ahora haya sido procrastinar y comprarme mi primer coche. Literal. Llevo una guerra encima que os cagáis las patas abajo. Llevo tres mil ideas encima pero no soy capaz de hacer nada por temor a cagarla o por temor al rechazo y eso me está limitando muchísimo. Tengo veintisiete años y, de verdad, siento que no he hecho nada con mi vida. Solo maltratarme. Siento que quiero correr más de lo que puedo pero sin llegar a hacer nada. Es un sueño donde intentar huir de algo corriendo pero tu sólo vas a cámara lenta.

En fin. Seguiré actualizado. Quiero retomar un poco esto que me hace ilu jiji